

De entrada, nos ofrecieron una subida de adrenalina a base de Highway Star que puso toda la plaza a 100 por hora, para decirnos “señores, aquí está Deep Purple”. Han pasado muchos años, sí, pero pese a ello...la presencia de Paice a la batería (como uno de sus fundadores originales),el maestro de los teclados Don Airey, el veterano Roger Glover a la guitarra, sumados a la presencia de Steve Morse en el bajo...todos ellos liderados por Ian Gillan, consiguen el milagro de que hoy en día esta banda siga sonando en directo casi como sus propios discos de estudio.
Durante la hora y media siguiente nos siguieron ofreciendo algunos de los temas de inexcusable cumplimiento desde hace años, como Strange Kind of Woman, Fireball, Lazy, Space Truckin o Perfect Strangers.
Entre medias alguna referencia de sus más recientes trabajos como Rapture of the Deep. Entre los temas que varían entre cada concierto, en Valencia sonaron Things I Never Said, Maybe I’m a Leo, No One Came y una pequeña sorpresa como Knocking at your Back Door que hacía tiempo no tocaban en directo. Por supuesto, no pudo faltar el clásico “solo” al teclado de Don Airey con algún guiño dirigido hacia España como cuando hizo sonar un pasaje del Concierto de Aranjuez y la gran sorpresa como homenaje valenciano al incluir también unos notas de Paquito el Chocolatero, sí, ante nuestro asombro. Entre medias llegó otro de los clásicos que consiguió ponerme los pelos de punta como en otras ocasiones, a mi y a todos los presentes que callaron repentinamente para que nadie molestara las notas de la guitarra de Steve Morse cuando interpretaba Contact Lost, hasta que enlazó con The Well Dressed Guitar para poner los Viveros patas arriba y mandar todas sus palomas a no menos de cinco kilómetros de distancia.
Y así llegamos al climax de la primera parte del concierto.
Cuando Steve marcó las primeras notas de Smoke on the Water, desde mi posición realmente llegué a creer que se había incendiado el estanque de Viveros y juro que si hubiera empezado a caer fuego desde el cielo, ni lo habría sentido, del calor que emanaba desde la muchedumbre enfervorizada que tenía a mi espalda. Sensaciones que, se notaba, llegaron también al escenario. Todos los que asistimos al concierto del día 18 podemos apostar sobre seguro que aquella noche nuestro empuje llegó hasta el escenario y ellos nos lo devolvieron con la motivación de las grandes citas en los eventos principales. Así, se despidieron agradeciendo a Valencia su asistencia al concierto y nos dejaron al público pidiendo más, mucho más.
Despidiéndose así de esta Valencia que tanto tiempo llevaba aguardando la presencia de nuevo de los Deep Purple, en una noche que ninguno de los asistentes olvidaremos ya jamás. Ahora toca esperar que no sea éste su último concierto. No lo dejéis ahora, aún no, que todavía os queda cuerda para rato.
Gracias al Dr. Joaquin Granados por cedernos sus vídeos y relatarnos los detalles de este concierto.